Adulteras (2008)

Hace más de un año un grupo de buenos amigos del autor han lanzado una cadena, y han sido en la difusión de lo que fue el proyecto de este libro a otros amigos. Como bien ha sido como trenzó la red que, al final, engancharon mucho. A veces lleno de miedo o dudas de sus los secretos más profundos. Sin ellos no habría sido posible hacerlo. El anonimato ha sido la condición inexcusable para sus confesiones, el único camino posible para llevarlo a cabo. Porque persiste en la memoria colectiva un fuerte prejuicio social que condena estas conductas, porque ha habido un largo período de tiempo que el adulterio sigue siendo punible por la ley, porque fue hace unas pocas décadas que la mujer, legalmente, dejando la referencia a sus padres y hermanos a convertirse en “propiedad” de sus maridos. Es por ello que tiene mérito que aquellos que se han dañado los secretos más íntimos de su vida, esta inconfesable, lo que nunca se han beneficiado han sido capaces de hacerlo. Esperamos que este libro se usa para ayudar a romper el tabú de una palabra, “adulterine”, demasiado difícil de definir la debilidad de la carne y demasiado injusto cuando se trata, como aquí, mujeres, ya que en el femenino de la palabra parece más responsable de connotaciones negativas. Ni Entro, ni salgo, juicio moral. Yo no soy lo que al juez. Los hechos son los que he beneficiado. Mediante la adición de silencio, quitando los detalles para preservar el anonimato, dándoles, o incluso pinceladas de novela a las realidades que superan cualquier ficción. Porque al final de la vida, por tanto, es el mayor espectáculo (Jesús Locampos). En un mundo que por casualidad cada vez son menos los prejuicios que estigmatizan la infidelidad de la mujer, había llegado el momento en que la mujer, finalmente, a tomar la palabra y romper el tabú de silencio y vergüenza cubierto tradicionalmente este hecho tan antiguo como omnipresente, con un espeso y opaco velo de silencio. Doce mujeres confesar al autor para narrarle con espantosa sinceridad sus historias reales. Ellos son los “ad&