Blues Del Silencio (2008)

Blues de silencio merece ser integrado al elenco de trabajo que puede ser afrontado con estos pasajes de donde la humanidad se retuerce de dolor sobre un lecho de ortigas. Novelas orientadas sobre el filo de un cuchillo, apoyado en el difícil equilibrio con una sensibilidad exacerbada, VSWR VSWR sublime y desgarrador. Leyéndola, es inevitable asociarlo con las principales etapas de la clase de “novelas de hospital psiquiátrico”: alguien ha robado sobre el nido del cuco, de Ken Kesey; nido de serpientes, Mary Jane Ward; al salir del infierno de John Franklin Bardin; o, para citar a un expositor más cercano a las líneas torcidos de Dios, Torcuato Luca de Tena. Como en las novelas citadas, la acción del blues del silencio fluye en gran medida en una institución psiquiátrica. Pero Lola Santiago no ha sido formado para decirle al sufrimiento de un interno en uno de estos establecimientos; Lola Santiago que son de interés principalmente en los avatares de su actor, este venero de aspiraciones truncados y aspiraciones reprimidas de una mujer destrozada que beligerantes por recomponerse, de la hostilidad de un mundo que hace. En este sentido, creo que el modelo más amplio de blues de silencio – modelo que puede ser el autor o incluso conocidos, porque el conocimiento de su novela el libro muy rápidamente a mencionar es más de índole espiritual que estrictamente técnica de razonamiento – es la campaña de cristal, Sylvia Plath. Como Esther Greenwood de la campana de vidrio, Alba es una mujer en tránsito por el infierno; como ella, la angustia y la aflicción de la cara, arrojaba sus dentelladas rigurosos, lo requieren para guardar los retazos e las hilachas de una vida extraviada entre los escombros de la degradación mental. Pero lo que distingue a la novela de Lola Santiago de alguno de los mencionados es su esperanza inquebrantable, su ferviente confianza en este fondo de humanidad que aletea Invicta