Ciudadano Socrates (2008)

El programa Sócrates ha completado los sesenta y cinco años al final de la guerra del Peloponeso. La victoriosa Esparta impone en Atenas un régimen oligárquico, conocido como los treinta tiranos, encabezada por Critias. El nuevo régimen, patrocinado y asistido por una guarnición espartana desencadena una terrible ola de represión y asesinatos contra los partidarios de la democracia, que se ven forzados al exilio. Sócrates sigue con su vida tranquila en Atenas. Pocos meses después, los exiliados, dirigidos por Trasíbulo, capaz de tocar el Pireo y derrotan a los tiranos, muere en la batalla de sus principales dirigentes. Se restablece la democracia y los partidos enfrentan, demócratas y oligarcas, sellar un pacto de reconciliación, que ha sido capaz de arraigarse después de más de un año de tensión e incertidumbre. Concluido el terrible episodio de la guerra civil, los dirigentes de la democracia restaurada, como otros muchos ciudadanos atenienses, se preguntó si tendría algo que ver las enseñanzas de Sócrates con la conducta criminal de algunos de sus discípulos, como Critias o Alcibíades. En el objetivo de lanzar un mensaje de los acusados de rectificación, en la primavera del año 399 a. de C., el programa Sócrates ha llevado ante un tribunal, pero la palabra que Atenas esperaba escuchar de boca nunca fue pronunciada. Ciudadano Sócrates situado al lector en la cara de las cuestiones que nos preocupan y cuyas respuestas son sobres aún hoy en un halo de incertidumbre. Usted fueron las lecciones de Sócrates cualquier actividad independiente de los crímenes y traiciones de sus discípulos? Si bien es cierto que el programa Sócrates ha dedicado toda su vida dedicada al cultivo de la virtud, ¿cómo es que fracasó en su intención de hacer virtuoses a sus más cercanos seguidores? ¿Por qué el discurso moral de Sócrates, si la alta y sublime, ha sido incapaz de contener los instintos perversos de sus discípulos?