La Mania (2007)

Pueden estar tranquilos los lectores de estos libros, y ciertamente mucho más aún quienes no han leído nunca, pero me gustaría hablar de ellos como si la hubiera hecho: ni acabará devora a su autor, ni esto es una locura. En la mayoría de los que acudían a él es que el griego ha llamado, con mucha delicadeza, el episodio maníaco, una forma de “entusiasmo”. Algunas almas caritativas, reclutados principalmente entre aquellos que no han leído, le mostró una vez su sincera preocupación: temían que, como ha sucedido muchas veces en otros, no habían vivido en función de su diario, dejando a vivir para escribir o vivir sólo lo que podría ser escrito. Tranquilidad, señores de los asesores, sin ningún peligro. O se trata de un periódico ni su autor desenvuelto también a pensar que sus vidas puedan tener el más mínimo interés por la crónica, sin contar que la vida es coherente con la literatura malamente, no ser el único y original y renovada en cada momento. Como bien, llega a ocurrir desde 15 entregas, casi veinte años y miles de páginas que han discurrido cientos de personajes, reales o ficticios, pero siempre true. Entre quienes sí mismo no sabe que él le dejó, son responsables de hacer todo esto en algo más que un libro. Cualquier analogía con la realidad es pura coincidencia, podría a decir si no es porque tarde o temprano todo esto verdadero llega a ser real. A pesar de su escepticismo acerca de la especie humana y de los derechos de las empresas parece ser su autor aceptar con alegría, y por supuesto con humor, una brega diaria que puede raramente ser defraudarle a persona: ¿Qué exigiría que poco, dos vidas, una para vivir y otra para contarla. La afirmación de la vida y el informe sin apartarse ni la vida, ni de la literatura es un episodios de manía y otro a buscar incansablemente la verdad de las cosas, remisa u oculto en las malas palabras. Si alguien se encuentra, es natural que recordando la vida verdadera donde se originan, “dejar las alas y por lo tanto, lobulada, él quiere venir a levantar el vuelo, y no logr&aacut