Los Esclavos De Ala (2009)

Encuadernación: bolsillo para paw colección: Sirpus literaria,10 de Walata, Nuredín, un maestro del libro marroquí, que pueden recitar las Mil y Una Noches de memoria, alquila una vivienda sobria, sin agua, sin luz, sin moqueta… construyó una tabla donde colocar unos cuadernos, registrada por título de revista “fiel y sincera, sin disimulos ni en el silencio”, el floreciente, sorprendente y apasionante memorias ficticias de un maestro del libro marroquíes en Mauritania. Granta en español ha publicado un fragmento en el número 4, 2005. Novela instructiva, veraz, entretenida, pero también poco alentadora. Nuredín acepta la propuesta del empleo del Señor K, sin pensar que sus trabajadores, en el desierto, serían esclavos. Nuredín desconocía que el Islam regula la esclavitud; ignoraba que para el Islam que se practica en este desierto es una cosa natural que explotan los moros negros, apoderarse de sus niños y forzando a sus hijas. El maestro del libro ha aprendido allí que el derecho del propietario a la propiedad del esclavo es de origen divino y que la revelación divina se establece el derecho de los propietarios a yacer con sus esclavos, sin excluir a las mujeres casadas. Se ha descubierto que el miedo es inseparable de la vida de los negros, afligiéndole como musulmán, el ridículo, creencia universal entre ellos, que Dios ha de obedecer a los negros a los Moros, presentación en esta vida cuya recompensa en otro es el paraíso. Que la educación de los negros sea indistinguible de la domesticación de animales heridos, sin embargo, menos de 40 versos de guerra, muerte y destrucción, dividido en el Corán, la Palabra de Dios, increada y eterna, cuarenta versos olvidados por Nuredín desde la infancia y que en el desierto releyó. La primera comienza: “¡Matadlos donde puedes conocer!”; y el último, involuntario descripción del 11-S, final: