Los Europeos (2006)

Miguel Alonso gana su vida como delineante en el Madrid de finales de los cincuenta. Sobrevive en un pedazo realquilada -en un hogar muy rápidamente nos recuerda de la pisito— y sobrelleva como puede la precariedad y sordidez de su modesta vida. Hasta que Antonio, el hijo tarambana de su líder, esto provoca veranear en Ibiza, donde habló con él sobre esto es fácil vincular con la Unión. Después de los primeros escarceos desesperados y un poco cafres con niñas valencianas que están a su llegada, los dos amigos van conociendo poco a poco la fauna juerguistas y falsos aristócratas, con envidia de pasárselo bien, Bullen por la isla. Y mientras Antonio conecta fiestas y salidas nocturnas en una felliniana Dolce Vita, Miguel, más escéptico, prefiere permanecer en el margen. Hasta su sorpresa obtiene Odette, una francesa encantadora cede a sus deseos. Con ella vivirá una historia de amor agridulce que acabará metiéndole todo en las complicaciones imprevistas que deseaba evitar. Comedia coral, Retrato de una época y un país de costumbres irrespirables, los europeos es también una elocuente constatación de que una leve risa y la ironía, la resistencia vital son posibles incluso en las condiciones más desfavorables. Una novela que Azcona se nos presenta como un extraordinario narrador, maestro de los diálogos y el incomparable creador de personajes que son lo que son, así como lo que dicen. Aunque fue publicado por primera vez a finales de los 50, con falso Pie de imprenta por problemas de censura, unión, completamente reescrita y reelaborada, nos da la hilaridad y la desolación de las mejores y más corrosivo historias de Rafael Azcona